¿Para qué sirve la novena al Justo Juez?

En la travesía de la vida diaria, enfrentamos tanto momentos favorables como adversos. Los desafíos pueden llegar a ser abrumadores, afectándonos profundamente. En tales circunstancias, es apropiado buscar fortaleza, inteligencia y sabiduría para superar estos obstáculos es por ello que la Novena al justo juez puede ayudarnos a superar esos obstaculos.

En estos momentos difíciles, y en situaciones similares, recurrimos a la intercesión de los Santos y advocaciones marianas. Buscamos que la fuerza y el amor divinos nos guíen por el mejor camino, brindándonos la tranquilidad necesaria. La oración se convierte así en un acto reconfortante y esencial.

La novena al Justo Juez se presenta como el camino directo para acercarnos fervorosamente a Dios, solicitando ayuda en situaciones críticas como el peligro, la violencia, las injusticias y los infortunios que aquejan a aquellos que se encuentran encarcelados. Cuando la vida está en peligro y no vemos una solución clara, la oración se convierte en un refugio, inspirándonos en las enseñanzas y el ejemplo de Jesús al buscar justicia ante Él.

Es relevante destacar que la oración no solo nos consuela, sino que también nos llena de alegría cuando entregamos nuestro corazón a la misericordia del Padre Dios. Con devoción, nos encomendamos a todos los santos, especialmente a Jesús como el Justo Juez, confiando en su guía y protección.

¿Para qué sirve la novena al Justo Juez?

¿Para qué sirve la novena al Señor Justo Juez?

Con el propósito de acercarnos sinceramente al Todopoderoso mediante la oración, tanto nosotros como devotos, buscamos pedir perdón, expresar gratitud y consagrar nuestra fe. Esta práctica nos brinda alivio frente a las adversidades cotidianas, con la certeza de ser escuchados.

Cuando dedicamos nuestras oraciones al Justo Juez con obediencia, encontramos una guía iluminadora en nuestro camino hacia una vida en compañía del Dios misericordioso.

¿Por qué debemos hacerla?

Al elegir realizar una secuencia de oraciones dirigidas a una petición específica, estás confiando al Todopoderoso tus necesidades. Esta elección refleja tu confianza en Él y en su poder ilimitado.

Recitar la novena al Justo Juez en situaciones difíciles no solo constituye una serie de oraciones, sino también una expresión de búsqueda del amparo y la protección otorgados por el Padre. Él conoce cuándo sus hijos enfrentan peligros y los resguarda del mal que acecha.

¿Cuándo comenzar con la novena?

Cuando necesitemos de su gracia, no hay una fecha o momento específico para invocarla. Algunos devotos, como una práctica habitual, elevan sus plegarias a la misma hora diariamente, implorando la misericordia divina para los favores encomendados.

Este acto de fe surge de manera espontánea, y resulta significativo que, al realizarlo, dediquemos toda nuestra atención a las oraciones que abren la puerta a la esperanza de ser escuchados con infinita bondad.

¿Qué podemos pedir al momento de orar?

La devoción al Justo Juez se asocia con situaciones en las que las personas enfrentan dificultades y peligros. Se puede invocar su intercesión para:

  • Obtener libertad para aquellos detenidos de manera injusta.
  • Buscar protección en situaciones difíciles y de peligro inminente.
  • Solicitar ayuda en problemas legales.
  • Buscar calma y tranquilidad para aclarar el camino.
  • Encontrar soluciones en casos de infortunio.
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Novena al justo juez

¿Cómo se debe hacer la novena?

Para llevar a cabo una novena, es esencial reservar un tiempo de recogimiento y tranquilidad. Seleccionar un entorno propicio garantiza que la oración se convierta verdaderamente en una conexión con el poder divino. Asimismo, seguir una secuencia coherente durante el rezo es crucial. Aquí te presento los pasos a seguir:

  1. Realizar la Señal de la Cruz.
  2. Hacer el Acto de Contrición.
  3. Iniciar la oración.
  4. Recitar la oración correspondiente al día.
  5. Pronunciar la invocación: «Sangre de Cristo, embriágame; Sangre de Cristo, protégeme; Sangre de Cristo, sáname».
  6. Rezar tres Padre Nuestro, tres Ave María y tres Glorias.
  7. Concluir con una oración final.

Oración al Santo Juez

“Oh Justo Juez divino, cuya mano se extiende tanto hacia los pobres como hacia los ricos, eterno amante del perdón y la caridad. Tú eres la luz espiritual que ilumina los caminos más oscuros, la palabra de vida y amor profundo que nos nutre a través de la oración.

Padeciste los maltratos más crueles y humillaciones, siendo Santo y puro, aceptaste con humildad los castigos más severos. Eres el rey de reyes, el que vive y reina sobre todo mal y toda la humanidad. Aceptaste sin murmurar ni reproche los golpes más dolorosos y diste todo por nuestra salvación. Que nuestra oración y petición lleguen hasta ti.

Con el poder de tu oración, hiciste que los demonios y los poseídos huyeran. Levantaste a los enfermos de sus lechos, curaste a los ciegos, devolviste la salud a los leprosos y diste vida y pan a aquellos que te seguían. Multiplicaste peces y panes para alimentar a la multitud, abriste las aguas y caminaste sobre ellas. Diste el día y la noche, la paz y la armonía. Como nuestro Justo Juez, sin reparos, acompañas a tu pueblo.

Entregas todo sin limitaciones y cumples tu promesa. Cuando un devoto acude a ti, no humillas ni traicionas, no ofendes ni lastimas. Nos enseñas a través de parábolas, dejando una herencia eterna en las Sagradas Escrituras. Escuchas nuestras oraciones y acudes en nuestro favor. Amén”.

Divino y Justo Juez, rezamos un Padre Nuestro confiando en tu poder santo.

Novena al Justo Juez completa

“Iniciamos con el signo de la santa cruz, implorándote, Señor nuestro Dios, que nos libres de nuestros enemigos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Reconocemos nuestras faltas y solicitamos perdón a través del Acto de Contrición:

[Oración] Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; al ser tú quién eres, Infinita bondad, y al amarte sobre todas las cosas, Lamento de todo corazón haberte ofendido; Asimismo, me duele saber que puedo ser castigado con las penas del infierno. Con la ayuda de tu divina gracia, me comprometo a no pecar más, Confesarme y cumplir la penitencia que se me imponga. Amén.» [/Oración]

Dirigimos nuestra súplica al Justo Juez con esta oración diaria:

[Oración] «Bienaventurado Justo Juez, Hijo de la sagrada Virgen María, Te ruego, Señor, encomendarme a ti en este día sagrado. Ampárame y protégeme de los peligros y maldades, Cúbreme con tu manto sagrado, socórreme en la angustia. Aleja a mis enemigos, que no me vean ni alcancen, Te imploro, Señor, tu valioso auxilio, Concede tu compañía sagrada como a los apóstoles Que siempre tuvieron tu resguardo. No me faltes, eterno Señor, así como la bondadosa Virgen María, A quien dirijo mis plegarias con fervor, Amado Juez de los fieles, concédenos tu protección. Luz misericordiosa, te suplico que en esta novena me cobijes y resguardes, Así como la Virgen María acompañó tu angustiosa pena, Permítele hacerlo en mis momentos de prueba. Clemencia, amado Señor, tú me conoces, no me desampares. Amén”. [/Oración]

Después de elevar esta plegaria, comenzamos la novena en el día correspondiente.

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Primer día

[Oración] “Oh Justo Juez divino, Firme fortaleza que soportaste el martirio En la cruz, inocente de toda culpa, Afrontaste los tratos crueles y desprecios, Sin mostrar temor alguno, Todo para redimirnos de nuestros pecados. Me postro a tus pies, amado Jesús, de rodillas, Implorando que escuches mis súplicas y encomiendes nuestras peticiones. Amén. [/Oración]

Que la sangre de Cristo me embriague, me proteja y me sane. Recitemos tres Padre Nuestro, tres Ave María y tres Gloria”.

Segundo día

[Oración] «Oh justo Juez divino, Padre amado, omnisciente y omnipresente, Te suplico compasión en mis momentos de debilidad y falta de fe, Concede tu gracia constante, Señor, Que mi corazón permanezca libre de perturbaciones. Me arrodillo a tus pies, Jesús querido, Pidiendo que atiendas mis súplicas y encomiendes nuestras peticiones. Amén. [/Oración]

Que la sangre de Cristo me embriague, me proteja y me sane. Recitemos tres Padre Nuestro, tres Ave María y tres Gloria.”

Tercer día

[Oración] “Oh justo Juez sagrado, Te ruego humildemente por tu misericordia, Pues tu bondad eterna es mi consuelo. Confío encomendar mis pesares y urgencias a tu esperanza, Arrodillándome a tus pies, amado Jesús, Implorando que atiendas mis súplicas y encomiendes nuestra petición. Amén. [/Oración]

Que la sangre de Cristo me envuelva, me proteja y me cure. Recitemos tres Padre Nuestro, tres Ave María y tres Gloria”.

Cuarto día

[Oración] “Oh justo Juez divino, Te ruego que no me desampares Y que pueda remediar mis errores Para no ofenderte; guíame con tu luz en el camino Cuando sienta que puedo perderme. Me arrodillo a tus pies, amado Jesús, Implorando que escuches mis súplicas y encomiendes nuestras peticiones. Amén. [/Oración]

Que la sangre de Cristo me envuelva, me proteja y me cure. Recitemos tres Padre Nuestro, tres Ave María y tres Gloria”.

Quinto día

[Oración] “Oh justo Juez sagrado, Consuelo de los afligidos y refugio de tus devotos, En ti deposito mi plena confianza, Como un buen padre amoroso. Mírame con compasión en los momentos de angustia, Me arrodillo a tus pies, amado Jesús, Implorando que atiendas mis súplicas y encomiendes nuestras peticiones. Amén. [/Oración]

Que la sangre de Cristo me envuelva, me proteja y me cure. Recitemos tres Padre Nuestro, tres Ave María y tres Gloria”.

Sexto día

[Oración] “Oh divino y justo Juez, Que, a través de tus inmensos sufrimientos, Revelaste al mundo el más noble significado del amor y la fe cristiana, Enfrentando decididamente la maldad sin vacilación. Me arrodillo a tus pies, amado Jesús, Implorando que atiendas mis súplicas y encomiendes nuestras peticiones. Amén. [/Oración]

Que la sangre de Cristo me envuelva, me proteja y me cure. Recitemos tres Padre Nuestro, tres Ave María y tres Gloria.”

Séptimo día

[Oración] “Oh justo Juez sagrado, Con tu valiosa sangre, busco protección y consuelo En estos momentos de tribulación. Si mi voluntad vacila, oh Señor, concédeme fortaleza, Tú, que nunca titubeaste ante crueles blasfemias. Me arrodillo a tus pies, amado Jesús, Implorando que escuches mis súplicas y encomiendes nuestras peticiones. Amén. [/Oración]

Que la sangre de Cristo me envuelva, me proteja y me cure. Recitemos tres Padre Nuestro, tres Ave María y tres Gloria”.

Octavo día

[Oración] “Oh divino y justo Juez, Quien tras soportar intensamente La cruz y morir por todos nosotros, Redimiéndonos de nuestros pecados, Resurgió gloriosamente al tercer día. Amado Jesús sacramentado, Me arrodillo a tus pies, suplicando Que atiendas mis plegarias y encomiendes nuestras peticiones. Amén. [/Oración]

Que la sangre de Cristo me envuelva, me proteja y me cure. Recitemos tres Padre Nuestro, tres Ave María y tres Gloria”.

Novena al justo juez

Noveno día

[Oración] “Oh divino y justo Juez, A través de tu sacrificio sagrado, Obtuviste del Padre para nosotros La gracia de la vida eterna, con la absolución de nuestros pecados. Tú eres la fe viva de la palabra, Bendito y alabado seas por siempre, en cuerpo y alma. Me arrodillo a tus pies, amado Jesús, Suplicando que atiendas mis plegarias y encomiendes nuestras peticiones. Amén. [/Oración]

Que la sangre de Cristo me envuelva, me proteja y me cure. Recitemos tres Padre Nuestro, tres Ave María y tres Gloria”.

Oración de Señor Justo Juez para finalizar

Al finalizar la plegaria diaria, declamaremos:

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[Oración] “Bendito seas, mi divino Juez, Cuya mirada se posa con misericordia infinita Sobre cada uno de tus siervos. Te imploro que me resguardes de los enemigos y me asistas Con tu protección divina, alejándome de todo peligro. Cúbreme con tu manto sagrado, No permitas que la injusticia prevalezca, amado Señor. Tú, que venciste con dureza y valentía los peligros, A través de tu sagrado sacrificio y resurrección, dominaste el fuego del infierno. Haz justicia, Señor de los ejércitos, No me abandones, alívianos en todo momento. Guarda con tu preciosa sangre, Favoreciéndonos ante todas nuestras angustias y tormentos. Que tu cruz nos defienda y seas nuestro escudo, Amado Señor, por siempre. Amén”. [/Oración]

Después de la oración final, realizamos la señal de la santa cruz.

Alexandra

Alexandra

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