Desde siempre, el ser humano ha sentido una profunda curiosidad sobre lo que le reserva el futuro. Algunos creen que su camino ya está trazado y buscan respuestas sobre lo que vendrá en sus vidas. Hoy nos adentraremos en el mundo de los Caracoles dentro de la Santería. El arte de leer los caracoles es una disciplina que exige del santero un conocimiento detallado de la mitología africana. Cuanto más profundo sea este saber, mejor podrá guiar a quien busca orientación.
La esencia de la lectura de caracoles se centra en correlacionar eventos, narraciones o cuentos que emergen en cada oddum revelado. El santero tiene la tarea de interpretar estos mensajes y relacionarlos con las situaciones actuales o futuras de quien acude a él. El diloggun, o el oráculo de los caracoles, sirve como herramienta de predicción, conocimiento y consejo.
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¿En qué consiste la lectura de los caracoles en la Santería?
Esta forma de adivinación es una de las más antiguas y se originó entre los practicantes de la santería en África, aunque hoy en día ha ganado popularidad global. Quienes buscan este tipo de consulta valoran su exactitud, dado que los caracoles reflejan directamente los sentimientos humanos, sin necesidad de decodificar simbolismos para entender el mensaje.
Los que acuden a estas sesiones deben entender que los caracoles captan tanto sus emociones internas como las manifestaciones externas de las mismas. Esto abarca nuestras acciones diarias y cómo reaccionamos ante distintas situaciones; todo ello es captado por los caracoles.
Por eso, estas lecturas son tan directas y están fundamentadas en la realidad completa del consultante. Gracias a ellas, podemos descubrir cómo mejorar como personas, qué cambios hacer para alcanzar metas profesionales y qué nos depara nuestro estilo de vida.
A veces, necesitamos una perspectiva mística y espiritual para confirmar si estamos en el camino correcto para cumplir nuestro propósito en la vida y cómo gozar plenamente de ella. Eso es precisamente lo que este oráculo nos puede mostrar.
Existen miles de caracoles en el mundo, pero solo unos doscientos son utilizados en este sistema de adivinación. Estos se dividen en cuatro categorías: los primeros se clasifican por su comportamiento y desarrollo; el segundo grupo se define por su apariencia; el tercero es conocido por su interacción con los humanos; y el cuarto se nombra según la intuición del creador del sistema de adivinación.
Para llevar a cabo estas clasificaciones, el practicante de santería debe investigar meticulosamente cada aspecto de los caracoles, desde su biología hasta su comportamiento y forma de reproducción.
¿Cómo leer los caracoles de la santería?
El arte de interpretar caracoles, conocido como èrindinlógun, es una forma de adivinación perteneciente a la religión Yoruba. Se realiza mediante la dispersión de 16 caracoles en una superficie especialmente preparada y la posterior evaluación de cómo se acomodan estos al detenerse.
Antes de iniciar la lectura, el vidente rinde homenaje y reza a los Orishas. A lo largo del proceso, también se comunica con estas entidades divinas y les plantea cuestiones. Se piensa que estas deidades tienen influencia en cómo se distribuyen los caracoles en la superficie, proporcionando así respuestas a las interrogantes formuladas.
Aparte de los caracoles, existen otros elementos que pueden servir para consultar a los Orishas, como el Obí, Orobô, cebolla (Alobaça), pimienta de la costa (atarê), huesos y vísceras, entre otros.
Métodos de lectura
El método que utiliza cuatro caracoles es el más común para realizar preguntas y generalmente se alinea con el sistema de caídas del juego de Obi.
El número de caracoles en el juego puede variar según la tradición; sin embargo, lo más usual es utilizar conjuntos de 16 o 17 caracoles, aunque también es frecuente el uso de 21 caracoles.
Algunas técnicas no se enfocan en las caídas según el Odú, como es el caso del Merindilogun. En estos métodos se emplean diferentes arreglos y combinaciones de caracoles, tanto abiertos como cerrados. Estos se dividen en cuatro grupos de cuatro caracoles cada uno, denominados ‘barracón’, y se examinan las disposiciones que toman al caer. En estas variantes del oráculo, el concepto de Odú no se utiliza.
¿Cómo formular preguntas para la lectura de caracoles?
La mayor parte de los Babalorishas considera el lado naturalmente abierto del caracol como el aspecto «abierto».
- Abierto (parte cóncava hacia arriba).
- Cerrado (orificio hacia arriba).
En este tipo de adivinación, se pueden plantear todo tipo de preguntas. Lo que realmente da vida a la consulta es la fe y la creencia. La precisión de la respuesta depende más del adivino que del método empleado.
Las respuestas más acertadas son las que combinan lógica e intuición. Los adivinos más experimentados alcanzan un nivel de destreza que les permite prescindir de cualquier herramienta, ya sean cartas, monedas, horóscopos o caracoles.
No es imprescindible que quien consulta o quien observa sean seguidores de alguna tradición africana. Sin embargo, es crucial mantener un respeto hacia la energía superior que guía el resultado de la lectura de caracoles.
Aquí no encontramos magia, sino misterio. No se trata de superstición, sino de fe. Y esa misma fe en una fuerza mayor es la que impulsa la ciencia, la filosofía y las creencias religiosas.
Procedimiento
Para realizar una lectura de caracoles en la santería, se inicia poniendo un colador como superficie de base, que se cubre con un paño blanco. Alrededor del colador se disponen las guías, que son collares de cuentas coloreadas según los orishas, formando un círculo. Dentro de este círculo se pueden colocar otros elementos que añaden potencia al ritual, como monedas, piedras o diferentes talismanes asociados a los orishas.
Sobre este colador o superficie similar, se arrojan 16 caracoles y, en ciertos casos, un caracol adicional denominado oxetuá (caracol de energía o axé). Cada uno de los 16 caracoles lleva un agujero en la parte posterior para asegurar que tengan igual probabilidad de caer boca arriba o boca abajo.
Tipos de lecturas
- En la primera tirada se identifica al orisha dominante, que actuará como guía espiritual o, en otras palabras, el signo del consultante. Este revela características y rasgos personales. Puede manifestarse un orisha ya sea femenino o masculino, sin importar el género del consultante.
- La segunda tirada sirve para responder preguntas que tengan respuestas de tipo sí/no/tal vez. Si el caracol cae abierto (se interpreta como una señal positiva). Si el caracol cae cerrado (se considera un signo negativo), aunque no significa que la situación sea irremediable, más bien representa un reto a enfrentar.
- La tercera tirada se emplea para indagar sobre preguntas o asuntos más complejos.
- En la cuarta tirada, el consultante tiene la libertad de lanzar una cantidad variable de caracoles en una consulta personalizada, hasta un máximo de 21 caracoles, buscando obtener una respuesta.
Importante
Si el practicante de santería no tiene un entendimiento profundo de la mitología yoruba, le resultará complicado interactuar con los dioses necesarios para resolver los dilemas de quien viene a consultar. Los caracoles son herramientas clave para el santero, ya que a través de ellos puede comunicarse con las divinidades africanas y los Oshas, planteando preguntas que clarifiquen las incertidumbres del consultante o le muestren una vía para solucionar sus problemas.
En el proceso de lectura de caracoles, los santeros tienen la capacidad de explorar tanto el pasado como el futuro de la persona que consulta. Sin embargo, no son ellos los que ‘ven’ estos aspectos, sino que obtienen esta información de la deidad consultada.
Es crucial que el santero tenga un conocimiento detallado de las narraciones y leyendas vinculadas a los dioses yoruba. Cuanto más sepa sobre estas historias, más eficaz será al querer asistir a alguien que lo necesite. Al estar familiarizado con estas narrativas, puede hacer una conexión entre la situación que enfrenta el consultante y una historia similar de una deidad.
Una vez hecha esta conexión, el santero puede ofrecer una solución basada en cómo la deidad resolvió su propio dilema. Esto permite al santero brindar una respuesta más directa y efectiva al problema del consultante. Cabe recordar que, gracias a los caracoles, las deidades pueden ofrecer insights sobre el pasado y futuro del individuo.
En cuanto a los caracoles utilizados, estos se adquieren en estado ‘virgen’ (cerrados), y son los padrinos quienes los abren quitándoles un fragmento de la parte de abajo. Es relevante saber que un conjunto de caracoles se compone de 18 unidades, aunque solo se usan 16 en la tirada. Los caracoles seleccionados se llaman «Adelé». El conjunto de caracoles de Elegguá tiene 21 elementos, siendo el más numeroso; no obstante, solo se usan 5 en la tirada. Estos caracoles son propiedad de Elegguá (Baké Elegguá). El grupo de caracoles que se emplea en la tirada se denomina Diloggún, proveniente de Merídiloggún, y cuenta con 16 unidades.